Con esta entrada de macrofotografía quería inaugurar mi temporada primaveral, hoy hace un mes que entramos en ella, aunque salir a pasear y darse cuenta que ya tenemos la primavera ha sido imposible con la declaración del Estado de Alarma en España, nos hemos visto obligados a permanecer encerrados en nuestros hogares, para colaborar con nuestra reclusión en la lucha contra la pandemia Covid-19.
Es uno de mis momentos favoritos para cargar con mi 180mm y empezar otra vez a perseguir bichos por bosques y prados llenos de flores, intentando conseguir buenas tomas fotográficas de este mundo en miniatura que apenas vemos pero que está ahí.
La primavera y el verano son las épocas en las que más podemos aprovechar para realizar macrofotografía, por la cantidad y calidad de los elementos que podemos fotografiar así como la climatología más favorable.
En primavera la floración es espectacular, así como una gran variedad de invertebrados que podemos observar.
Por segundo año quería seguir en la búsqueda de orquídeas en mi zona para ir ampliando el archivo, aparte de nuevas inspiraciones claro está.
Como casi siempre suele suceder, únicamente la práctica puede llevarnos a dominar esta técnica. Pero además, se requiere de otro ingrediente igual de importante: la paciencia, pues enfocar, encuadrar y componer en lo minúsculo no es tarea fácil.
Os pongo aquí el enlace al audiovisual que realice para presentarlo en el que iba a ser mi primer Workshop y que tubo que ser anulado por la critica situación en la que nos encontramos viviendo.
Y mientras tanto tenemos que tener la esperanza:
«Cuando esto pase, nunca nos volverá a pasar y que juntos podremos vencerlo».